Todo barco tiene su tripulación y su capitán. Este barco llamado RENACER CORUÑA, aparte de una fantástica tripulación que trabajan codo con codo y día a día para llegar a buen puerto, dispone de un fantástico capitán llamado JOSE FERNANDEZ PERNAS, conocido como Pernas.
Después de más de 20 años dedicado en cuerpo y alma a su hijo “y acompañado de su fiel tripulación” el 1-12-2011 le conceden justísimamente el Premio Voluntariado 2011 que recogerá como es el, humildemente con un regalo a su lado, en su brazo.
He tenido la suerte de conocer “in live” a personas extraordinarias de este mundo con nombres tan “normales” como Moncho, como Jaume, como Jamuna, como Pablo … todos relacionados con un país espiritual para nuestras mentes pero muy duro para el 90 % de los que viven allí. Antes de iniciar el viaje una persona que no conozco en persona pero en horas sino pasa nada lo hare, me definió ese país muy acertadamente como “la comercialización del sufrimiento”, frase que comparto.
Una noche viendo un programa de Antena 3 llamado “El Secreto”, descubrí la historia de voluntariado de otro “desconocido” llamado Joaquín Torres en esta Ong coruñesa y otras, lo cual estaré eternamente agradecido tanto a la cadena como a Joaquín por darnos la oportunidad de poder abrirnos esta puerta y abrirnos los ojos ante los verdaderos héroes de la sociedad reales, héroes que luchan por los demás sin pedir para ellos nada a cambio.
Paso un tiempo hasta que me decidí a encontrarlo, a pesar de las palabras de admiración y cariño por parte de su fie seguidor eterno. La primera vez que le llame por teléfono no sabía cómo iba a responder, cualquier tipo de adjetivo que utilice para calificarle será poco, así que amablemente y poniendo todo de su parte nos citamos en un domingo para conocerle.
Para ser un 3 de Abril y en Coruña no estuvo mal el día, hacia sol, sí hacia sol, un poco de viento pero la cazadora no nos la quitaba nadie. Quedamos en la zona donde él vive, le llamamos por teléfono y si mi memoria no se juega una pasada, que es posible, apareció el a 10 metros llevando en silla de ruedas a una ancianita … en camisa … nos recibió con una sonrisa y un cariño desbordante como los progenitores sienten por sus hijos, yo en esto no le hago ascuas a personas como él, y no me acuerdo si me tuvieron que despegar de los abrazos que le di para recargar energías para los días y meses venideros. José es de estas personas que al primer segundo te abre las puertas de su corazón y su alma como si le conocieras de toda la vida … o de otras vidas … el tono de su voz afable y su hablar con tono melódico medio asturiano medio gallego, le hacen más próximo. Quizás de todo lo que nos conto lo que más me impresiono fue su fuerza y su ilusión.
Al principio cuando nos empezaba a contar todo desde el principio de Renacer, mi mente por un lado intentaba digerir el altruismo total que desprende de sus palabras y hechos sin esperar un ápice de nada a cambio, con la realidad consumista y personalista que nos embute día a día, al principio no daba crédito a sus palabras pero en menos de varios minutos me di cuenta que encontré a una persona dichosa y feliz en el mundo, pero feliz de verdad que no lo proclama sino que lo es … a José le asemejo con esos ositos que los niños tienen que agarrarse para dormir para sentirse seguros, el da una tranquilidad que si por el caso fuesen las últimas horas del mundo, estoy seguro que a su lado ”otro milagro” se produciría y se postergaría para otro momento tales horas.
Pienso que José representa los valores de una sociedad que años atrás cuando “no existía crisis declarada”, y que tan acertadamente Anna Ferrer definió las causas de Occidente como la opulencia y la abundancia, como uno de los espejos que existe en el mundo no solo para reflejarse sino para admirar. Admirar lo que ha hecho en más de 20 años con su equipo, con situaciones de día a día, de hora a hora, de minuto a minuto, que hoy lunes, y mañana martes, y pasado miércoles, y los siguientes va a tener encima de la mesa, para resolver los problemas que otros “miramos hacia otro lado”.
Estoy seguro que todos los que trabajan y colaboran junto a él son personas extremadamente afortunadas en la vida y privilegiados de compartir con él, como le dije al barcelonés y se lo repito a José: tú no eres normal como el resto … eres extraordinario … es la clase de persona que transforman el viento que te golpea la cara de Coruña en leve brisa que te modela la piel, que te alza tu animo aunque tengas un mal día, que te llena tu vaso con la poco agua que tenga el suyo, que te cede su sitio en un coche aunque tenga que ir andando …. Simplemente José, muchas gracias de corazón por haber nacido y por vivir tu vida tan intensamente como lo haces dedicado a los demás. Un lujo quien este a tu lado
Coruñes@s deberiais estar orgullosos que en vuestra ciudad se encuentre una de las 7 Maravillas Solidarias del Mundo.
Coruñes@s deberiais estar orgullosos que en vuestra ciudad se encuentre una de las 7 Maravillas Solidarias del Mundo.
http://www.youtube.com/watch?v=C_wswxhUswM
http://www.youtube.com/user/pepesimeone#p/a/u/0/Y8NrdKWZJ4c
http://www.youtube.com/user/pepesimeone#p/a/u/0/Y8NrdKWZJ4c
Caminando por el parque me senté al lado de un mendigo que estaba sentado en uno de los bancos, el más retirado, viendo dos palomas revolotear cerca del estanque y me pareció curioso ver a un hombre de aspecto abandonado, mirar las avecillas con una sonrisa en la cara que parecía eterna.
Me acerqué a él con la intención de preguntarle por qué estaba tan feliz.
Quise también sentirme afortunado al conversar con él para sentirme más orgulloso de mis bienes, por que yo era
un hombre al que no le faltaba nada, tenía mi trabajo que me producía mucho dinero, claro ¿como no iba a producírmelo trabajando tanto?, tenía mis hijos a los cuales gracias a mi esfuerzo tampoco les faltaba nada y tenían los juguetes que quisiesen tener.
En fin gracias a mis interminables horas de trabajo no les faltaba nada a mi familia.
Me acerqué entonces al hombre y le pregunte, ¿Caballero que pediría usted como deseo en su cumpleaños?
Pensando yo que el hombre me contestaría que dinero y así de paso yo darle unos billetes que tenía y hacer la obra de caridad del año.
No sabe usted mi asombro cuando el hombre me contesta lo siguiente con la misma sonrisa en su rostro que no se le había borrado y nunca se le borró:
-Amigo, si pidiese algo más de lo que tengo sería muy egoísta, yo ya he tenido de todo lo que necesita un hombre en la vida y más. Vivía con mis padres y mi hermano antes de perderlos una tarde de junio, hace mucho, conocí el amor de mi padre y mi madre que se desvivían por darme todo el amor que le será
posible dentro de nuestras limitaciones económicas. Al perderlos, sufrí muchísimo pero entendí que hay otros que nunca conocieron ese amor, yo sí y me sentí mejor.
Cuando joven conocí una niña de la cual me enamoré perdidamente, un día la besé y estalló en mí el amor hacia aquella joven tan bella que cuando luego se marchó, mi corazón sufría tanto... Recuerdo ese momento y pienso que hay personas que nunca han conocido el amor y me siento mejor.
Un día en este parque un niño correteando cayó al piso y comenzó a llorar, yo fui, lo ayude a levantarse, le sequé las lágrimas con mis manos y jugué con él por unos instantes más y aunque no era mi hijo me sentí padre, y me sentí feliz
porque pensé que muchos no han conocido ese sentimiento.
Cuando siento frío y hambre en el invierno, recuerdo la comida de mi madre y el calor de nuestra pequeña casita y me siento mejor porque hay otros que nunca lo han sentido y tal vez no lo sentirán nunca. Cuando consigo dos piezas de pan comparto una con otro mendigo del camino y siento el placer
que da compartir con quien lo necesita, y recuerdo que hay unos que jamás sentirán esto.
Mi querido amigo, que más puedo pedir a Dios o a la vida cuando lo he tenido todo, y lo más importante es que estoy consciente de ello.
Puedo ver la vida en su más simple expresión, como esas dos palomitas jugando, ¿qué necesitan ellas? lo mismo que yo, nada... Estamos agradecidos al Cielo de esto, y sé que usted pronto lo estará también.
Miré hacia el suelo un segundo como perdido en la grandeza de las palabras de aquel sabio que me había abierto los ojos en su sencillez, cuando miré a mi lado ya no estaba, sólo las palomitas y un arrepentimiento enorme de la forma en que había vivido sin haber conocido la vida. Jamás pensé que aquel mendigo, era tal vez un ángel enviado por el Señor,
me daría el regalo más precioso que se le puede dar a un ser humano...
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